lunes, 23 de abril de 2012

Decora con magia


Decoración Floral 

Las flores se constituyen como elemento clave de la decoración nupcial, no sólo en el lugar de la ceremonia del enlace y del banquete, sino también en los adornos de los novios, y por supuesto en los ramos de novia.

Según el tipo de flores podremos lograr diferentes ambientes, tanto en lugar de la ceremonia como en el sitio de celebración del banquete. Desde más romántico y puro, hasta más informal y vivo.

Es mejor dejarse llevar por el buen gusto, con el consejo de un buen florista. En este aspecto, como con el ramo de flores (no tiene que tener necesariamente el mismo proveedor, aunque por comodidad suele ser así) podremos recorrer varios establecimientos para evaluar opciones o dejarlo en manos de un diseñador floral.

Siempre al gusto de ambos novios, sin reglas fijas. No es necesario rodear la iglesia de rosas blancas. También caben los tonos más atrevidos y las flores menos clásicas en las bodas.

Las iglesias permiten aportar más decoración que los ayuntamientos y juzgados, que por motivos de sobriedad deben ser decorados más escuetamente.

Si la ceremonia es en una catedral o en un templo de amplias dimensiones como muchos retablos, es mejor centrarse únicamente en el altar porque de lo contrario, sería gastar dinero innecesariamente y las flores pasarían desapercibidas. En este caso los arreglos deben ser grandes y llamativos, dando significación a la forma global más que a la flor en si. 

Recomendados las gerberas, crisantemos, anthriums blancos o verdes, boca de dragón y euphorbias. Se colocarán varios grandes centros delante del retablo mayor y ambos lados, columnas de flores. En la parte delantera se puede colocar una guirnalda. En esta clase de templos, mejor inclinarse por los tonos más suaves.

Según la Iglesia
Las iglesias medianas o pequeñas permiten jugar con el colorido y decorar todo el templo en su conjunto, por lo que si a decoración se refiere, podemos elegir este tipo de iglesias. El retablo en este caso se puede llenar de flores amarillentas, ocres o crema. En el resto, tonos salmones, beige o de flores silvestres son buena elección.


Luce radiante


Maquillaje y Peinado

Un buen maquillaje de novia debe conseguir tres propósitos:
1. Conseguir naturalidad y elegancia 
2. Disfrazar los defectos y ensalzar virtudes 
3. Que perdure a pesar de lo que enfrentará durante el día: diferentes luces del día: natural, focos, flash y luz artificial.

En efecto, un buen maquillaje no debe convertir a la novia en un auténtico "payaso", llena de estridencias en su cara, sino lograr un aspecto natural. El mejor maquillaje es que consigue la belleza sin que se note la existencia de maquillaje. 

La cara deberá hidratarse convenientemente para poder aplicarlo. Excepto que la piel esté gravemente seca, se evitarán aceites porque estos producen brillos. 

El siguiente paso será el aplicar una buena base de maquillaje de un tono mayor o menor al de la propia piel, salvo en las ojeras que será más claro y luminoso. El mejor color es el beige que es el más natural. En estos momentos hay que aplicar polvos para evitar los molestos brillos.

El maquillaje en si empieza por los ojos. Si la mirada es la mejor cualidad de la novia es imprescindible realzarla con gamas cobrizas, arena o pardas. Si la novia está morena un tono salmón, y si sus ojos son claros, un tono humo. Jamás conviene emplear tonos verdes o azules que no combinan con el blanco del vestido. 

La máscara de las pestañas debe ser contundentemente oscura para captar el romanticismo de la mirada. Sobre el hueso de la ceja, una sombra blanca en piel clara o vainilla en oscura otorgan frescura y van a juego con el vestido de la novia. Las cejas no deben ser el centro de la cara por lo que hay que olvidar los lápices y acudir a las sombras.

Los defectillos del rostro se tapan con polvos correctores. Por ejemplo hay que aplicar corrector oscuro a la barbilla y más claro a los pómulos para las caras alargadas, sombreadas en las mandíbulas para las cuadradas y oscuro en la partes inferiores de las mejillas en las redondas. 

El colorete que ilumina las mejillas y da sensación de alegría, será rosa-rosa en caras pálidas o rosa-melocotón en pieles mate.



Armoniza tu boda


La música marca un estilo y envuelve todos los ambientes, en especial cuando se trata de concentraciones de muchas personas, ayudando a crear determinados climas. Así mismo, potencia todos los sentimientos. 

Elegir de forma adecuada la música de la boda, tanto de la ceremonia como de los demás actos, puede convertir todo el día en especial y mágico.


Música para la ceremonia 

Hay tres momentos espectaculares en la boda que deben ir envueltos mágicamente por la música, estos son:

-La entrada de la novia
-El momento posterior a la declaración como marido y mujer
-El fin de la ceremonia. 

Otro también especial, por ser más largo, es el momento de la Comunión.

La marcha nupcial, ya sea la clásica de Mendelssohn o la de Lohengrin de Wagner, debe servir para la entrada de la novia en el templo, como aviso de que la ceremonia está presta a comenzar y para acompañar el avance principesco de la novia. Como alternativa a estas dos, se puede emplear el "Salutaris" de Beethoven o el Canticorum Jubilum de Haendel. 

Durante la ceremonia la música debe ser la preferida por los novios, pero el Ave María de Schubert, el Gloria de Vivaldi, el Amén de Pergoseli o el Aleluya de Mozart, son clásicos y no suelen faltar. Una de estas piezas puede ser la elegida para el segundo momento especial, y las demás distribuirlas a lo largo del enlace.

Otras composiciones propuestas para el desarrollo son el Canticorum de Haendel que puede ser el elegido para la salida, o también del mismo compositor: "Lascia ch'io pianga (de Rinaldo), "Heil, Heil, Heil" (de Judas Macabeo) o "Largo". De Mozart: "Exultate, jubilate" de la Misa K437, Pieza Sacra número 2 de Mendelssohn o el "Ave Verum Hábeas".

Como despedida se puede optar por los ya citadas marchas del inicio, o el Aleluya del Mesías de Haendel, que produce una grata y bonita sensación a los asistentes.



¿Por qué se debe pensar en las fotos y el video?

Cuando finaliza una boda, a los novios les gusta recordar desde el día siguiente los mejores momentos de ella, y nada mejor que a través de fotografías y video.

Cubrir visualmente una boda ya no es un lujo como en tiempos de los tatarabuelos, y a las fotos se une el vídeo digital en calidad DVD.

¿Qué se ha de pedir a un buen fotógrafo? Tres cosas: que capte todos los momentos principales y explicativos de la boda, que no estorbe ni monopolice, y tercero, que las fotografías estén bien hechas y hablen por si solas. 

Que capte todos los momentos importantes es algo fundamental, pero no debe hacer sólo las 20 fotos clásicas con los momentos claves de la ceremonia, los posados de invitados con novios, y los de los novios solos. Debe captar cada momento especial y espontáneo, las miradas, las risas, los gestos, las anécdotas, los nervios, etc.

El segundo requisito es que no entorpezca ni monopolice. El fotógrafo ha de fotografiar la boda, no la boda posar y detenerse ante el fotógrafo. Por consiguiente, se ha de huir de aquellos fotógrafos que retienen a los novios, que les mandan parar en cada momento y retrasan el guión del día. La viveza, dinamismo y flexibilidad deben exigírsele.

Y por último, las fotografías deben estar bien hechas, captar nítidamente los detalles, bien enfocadas, con buenos ángulos de cámara.

Para elegir al fotógrafo hay que visitar varios, mirar sus books, pedir opiniones a otros novios ya casados y establecer lo que se quiere y lo que el fotógrafo puede ofrecer más allá de promesas baratas.

Una vez elegido, se ha de establecer un guión previo, imponiendo como debe trabajar, y lo que debe captar, exigiendo que no se limite a cumplir meramente un trámite. 

Las fotografías pueden ser en blanco y negro, consiguiendo un toque romántico y nostálgico, o en color, mostrando la viveza de la boda.




lunes, 16 de abril de 2012

Bodas de Oro


Las bodas de oro consisten en la renovación de votos en la cual los cónyuges reafirmaran su compromiso, de amor hacia su esposo/a presidida por el sacerdote la cual puede extenderse alrededor de unos 30 minutos, sin dejar de lado toda la formalidad de una boda.

• Los cónyuges caminan juntos por el corredor o pasillo principal con sus hijos detrás.
• Se intercambiaran nuevos anillos o entregarse sus viejos anillos.
• Se renueva el compromiso conyugal por medio de los votos, los cuáles fueron redactados de manera independiente por los cónyuges.
• Los miembros de la familia realizan algunas lecturas en su honor.

En los aniversarios tan especiales como lo son las bodas de oro, deben ser organizados por familiares (generalmente los hijos, si los tienen o amigos de la familia) lo que hará que se tome mayor entidad al ser una celebración que involucra a tantas personas.

El acto de la boda de oro representa el logro de que una pareja llegue a celebrar sus 50 años de casados. Es un logro personal como pareja, los dos han ganado una partida y han tenido la capacidad de volver siempre al otro, y la disposición de recibir siempre al otro. 

lunes, 9 de abril de 2012

Eventos del Sol, la empresa que se dedica a la planificación perfecta y mágica de bodas católicas